
«Las posibilidades de este arte parecen infinitas, especialmente una vez alcanzada la perfección técnica a la hora de crear formas con el agua y el jabón. Dos actores, Eduardo Telletxea y el egarense Agustí Sanllehí ejercen en esta puesta en escena de hacedores de pompas y no sólo eso, sino también de mimos, de malabaristas, de acróbatas visuales y casi casi de alquimistas, elaborando en escena complicadas y evocadoras filigranas completamente efímeras, puestas al servicio del asombro, del entretenimiento y, por qué no, de la emoción de un público muy variado. «